El polen contiene una alta concentración de proteínas, minerales y enzimas reguladoras del metabolismo. Puede ayudar en la regulación de funciones intestinales, el fortalecimiento del sistema circulatorio, trae beneficios sobre la fatiga intelectual y sobre funciones hepáticas, entre otros. Sería la parte de energía y vitalidad.

La jalea real es muy rica en proteínas, glucosa y tiene una cierta cantidad de lípidos. Puede ayudar a aumentar el metabolismo basal, el rendimiento físico y intelectual, prevención de enfermedades y sobre todo tiene poder bactericida. Es un producto con alta riqueza nutritiva.

El propóleo es un producto que transfiere al hombre los principios activos de determinadas plantas; cualidades antisépticas, antibacterianas, reductoras de las tasas de colesterol en sangre, … Sería la parte de protección.

CONSEJOS DE USO:

• La actividad bacteriostática del propóleo se muestra mejor en pH neutro, por lo tanto no se puede mezclar esta miel con productos muy ácidos.

• La jalea real es termo-sensible, puede perder propiedades si se calienta. Es mejor no usar esta miel en un plato muy caliente.

• Los principios activos del polen disminuyen en el tiempo. Al ser un complejo tan delicado, natural, que aporta los principios activos de las plantas, se ha de usar sin que los pierdan y haciendo que sus efectos se potencien y no contrarresten. Por lo tanto, se debe mezclar con alimentos poco procesados, sin grasa, sin acidez, etc. y añadir en elaboraciones que se puedan consumir en frío o tibias (sin cocer en exceso).

APLICATIVOS:

• Añadir a los productos lácteos que tomamos en nuestro día a día (yogur, vaso de leche, requesón, kéfir …).

• Regar sobre fruta del tiempo cortada, combinada en forma de brocheta, disolver en zumos de fruta (en sustitución del azúcar), hacer una mermelada natural (e instantánea, para consumir el momento) mezclando fruta natural triturada y miel, usarla en postres o recetas dulces.

• Untar en tostadas de pan para el desayuno o merienda combinándola con ingredientes frescos como: aguacate, queso fresco, frutos secos, rúcula, …

• Usar para hacer granola o crumble de cereales y frutos secos. Para acompañar los postres lácticos o de chocolate.

• Regar ensaladas verdes, completos y saladas que lleven por ejemplo; anchoas, salmón ahumado, frutos secos, frutos rojos, queso de cabra, …